Trabajos de Paul Jacoulet
En la lengua de Rapa Nui, Ta significa tatuar. Los ariki mau y ariki he’nua se grababan en la piel símbolos de autoridad y poder como el ao, remo de danza ritual con rostro humano en un extremo o la figura del tangata manu u hombre pájaro. En el tatuaje de Rapa Nui representa un estilo que bordea la simetria y al igual que ocurre en el resto de las islas y archipiélagos de Polinesia,tanto los hombres como las mujeres eran tatuados de cuerpo entero y en razón de su grado mayor o menor en la escala social. El takona se aplicaba también y unicamente en diferentes partes de la anatomía como la espalda, brazos, torso, genitales, rostro, mejillas, bajos los ojos y en la frente. En la mayoría de ocasiones y en la antiguedad, los hombres andaban desnudos y completamente tatuados de pies a cabeza. Se concedía importancia a los tocados de cabeza o pukao mucho más que a las vestimentas. La cabeza era la parte más sagrada. Algunas veces ambos sexos llebavan taparrabos anteriores o hami y posteriores o kotahi y/o una capa larga a la que llamaban nua que era confeccionada a partir de la corteza interior de la morera del papel (Brussonetia papiryfera) o mahute.
De acuedo con la mitología Tohu era el dios del tatuaje y quién creó los diseños y los colores que más tarde los Rapa Nui dibujarían e imprimirían en su piel. en esta remota y bella isla de Polinesia. Heru y Patu fueron los primeros hombres que pusieron en práctica el arte del tatuaje. Los ivi atua y los astrólogos determinaban las fechas durante las cuales los ma’ori takona o expertos tatuadores, podían ejercer su actividad y de acuerdo con el consentimiento de los ariki manu; de esta manera el tatau podía encarnar el mana o poder sobre natural y actuar como receptor y catalizador de la fuerza divina una vez garantizado el adecuado fluir entre las energías del hombre y las del cielo. Los tatuajes eran realizados por maestros expertos que eran iniciados a partir de muy temprana edad y cuya formación finalizaba con la llegada a la edad adulta. Elaborados con huesos de peces o humanos los hui o peines disponían de dos puntas; empleandose para realizar el tatuaje que se desarrollaban en un doloroso, lento y largo ritual. Diversas plantas medicinales mitigaban el dolor y favorecian el proceso correcto de cicatrización.
Los motivos de los tatuajes eran antropomorfos, representados por signos rongorongo en forma de tangata manu, komari o vulvas; zoomorfos como pájaros e insectos; y fitomorfos u objetos ceremoniales, representaciones geométricas, líneas curvas, rectas, trinagulos, puntos, cuadrados, círculos, óvalos. Siguiendo, la tradición oral y los mismos parámetros que en otras sociedades polinesias el tatuaje reflejaba la vida personal y la historia familiar y de tribu del individuo que lo portaba.
Los tintes utilizados se extraían de la ki’ea o arcilla roja. Cuando debían emplear el color negro, lo extraían del hollín producido por la quema de hojas y ramas de ti. El color blanco, a partir de los suelos orgánicos y procedentes de diversas raíces y plantas. Como en Tahiti y sus Islas se aprovechaba el jugo de la pua (Cúrcuma longa) y de la pia (Tacca pinnatifida); así como la del poporo (Solanum nigrum) o caña de azúcar. Junto al tatuaje, los habitantes de Isla de Pascua hacián uso de arcillas y raíces para adornar sus cuerpos (takona), dibujando sobre ellos figuras de Make Make, Tangata Manu, Rongorongo y Honu o tortugas. En la antiguedad los niños y las niñas, a muy temprana edad, eran recluidos en cavernas durante un periodo de tres meses, con el objetivo de mantener la piel de sus cuerpos blanca y así, con ocasión de las ceremonias y rituales más significativos, pintar sus cuerpos de rojo de arriba abajo.